Confidencias de terciopelo: la vida secreta de un sillón masaje

El antiguo sillon *, aún guardaba las marcas del paso de los años y la huella de los cuerpos que se habían reclinado en él. Su mullida tapicería había recibido incontables masajes, confidencias y susurros. Cuántas historias habría presenciado sin decir palabra alguna.

Ahora estaba en venta, un mueble de segunda mano con mucha vida vivida. Nuevos dueños lo adquirirían para darle una segunda oportunidad, o quizá tercera. ¿Cuántas familias diferentes lo habrían acogido en su seno? ¿Cuántas personas se habrían estirado perezosamente en él en un día cualquiera?

Ese sillón masaje había sido testigo de ternura y Desamor, de alegría y llanto, de risas y suspiros. Era un mueble con alma propia, que guardaba en su memoria todo cuanto había vivido con sus dueños. Quizá al ser adquirido por una nueva familia, comenzaría a forjar nuevos y entrañables recuerdos.

¿Sería capaz de acoger con la misma calidez a los nuevos cuerpos que se apoyasen en él? ¿O quizá echaría en falta a sus anteriores amos? La vida de un mueble no es siempre fácil. Ese sillón tendría muchas historias que contar si pudiera hablar. Un sillón masaje de segunda mano siempre las tendrá.

Tantas personas diferentes se habían fundido en él, compartiendo suspiros, confidencias y caricia tras caricia. Cada pareja le había impreso su propia huella, un sello imborrable de sus caricias. Los cuerpos se deslizaban sobre su piel de velvetón, explorándose, descubriéndose.

Cuántas noches habría iluminado con jadeos y gemidos apagados. Cuántos amantes habría acogido en sus brazos, enlazándolos en la voluptuosidad del éxtasis. Era testigo mudo de tantas dichas pasajeras y fugaces placeres.

Parejas jóvenes aprendiendo los delirios de la carne, y viejas parejas reviviendo las llamas de antaño. Hombres solitarios que hallaban compañía en sus brazos, o mujeres que suspiraban hundiéndose en sus muelles profundidades.

Ese sillón lo había visto y oído todo. Sus mullidos cojines guardaban mil bocanadas de aliento entrecortado y jadeante. Sollozos de placer y lamentos de deseo contenido. Era un guardián discreto de tantos secretos íntimos.

¿Se atreverían sus nuevos dueños a descubrir qué misterios tenía escondidos entre sus pliegues de terciopelo? ¿O lo mirarían simplemente como un mueble más, ignorantes de su cargada historia? Los sillones masaje guardan muchos más secretos de los que imaginamos.

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